Se supone que para perder peso hay que hacer dietas, prohibirte alimentos y pasar hambre.
Y se supone que para ponerte en forma, tienes que pasar horas en un gimnasio y sudar la gota gorda.
Yo no hago ninguna de las dos y mis alumnas tampoco, la vida ya es bastante complicada como para contar calorías y perder el tiempo entre cuerpos sudorosos o clases de body pump.
Quizás piensas que las dietas funcionan, y si, funcionan el tiempo que las aguantas.
Después vuelves a lo de siempre con un efecto rebote y frustración que no cabe en ese vestido que quieres ponerte.
Y no digo que apuntarte al gimnasio sea mala idea, sólo te digo que esas clases dirigidas no van a cambiar tu cuerpo.
Sudar vas a sudar, y oye, son hasta divertidas.
Pero, ¿quieres divertirte o salir de la situación en la que estás?
Los dos sabemos la respuesta.